viernes, 9 de noviembre de 2012

LANZAROTE ... amor, fuego y vida

Quieres un destino tranquilo. Un lugar donde poder desconectar de ese trasiego que diariamente nos aboca al estrés y a olvidarnos de que existe algo más que los problemas del trabajo y de la crisis. Buscas entre las múltiples ofertas que existen y, finalmente, dices ¿porqué no?. Vámonos a Lanzarote.
Tragaluz en el centro de visitantes de Timanfaya. Lanzarote
Una vez que ya lo has decidido y has contratado, ya no hay marcha atrás. Entonces empiezas a dudar porque ¿qué voy a hacer yo en Lanzarote?, ¡pero si allí sólo hay tierra negra!.
Craso error.
Demostración geotérmica en Timanfaya. Lanzarote
Tierra negra, sí, pero no sólo eso. Una tierra y una roca negra que te envuelven porque Lanzarote, isla volcánica, te atrapa con esa aridez que la caracteriza. Paisajes imperdibles que son un descanso para tus pupilas. Espacios que, carentes de verde, te devuelven una luz y una vida que no encuentras en otras zonas muchísimo menos áridas del continente.
Pisar la luna debe de ser muy similar a pasear por el Timanfaya.
Timanfaya. Brotes de vida
Hoy Parque Natural de los Volcanes, el Timanfaya te muestra la lucha por la vida en este planeta tan maravilloso y tan brutal, y te hace imaginar lo que debieron ser aquellos 6 años de erupciones ininterrumpidas para los habitantes de la isla. Cierto que los medios de comunicación nos muestran hoy en día las imágenes de los desastres naturales que acontecen, pero recorrer Timanfaya te acerca de verdad al hecho cierto de esos desastres. En el centro de visitantes, obra de César Manrique y un excelente mirador al Parque, con las tres demostraciones geotérmicas podrás imaginar lo que implica la “actividad del volcán”.
Vivir con el volcán no debe ser fácil.
Cultivos de vid enarenados. Lanzarote
Arrancarle a la tierra, a la naturaleza, las pocas gotas de ese elixir de la vida que es el agua, tampoco. Sin embargo, en Lanzarote han sabido aprovechar los recursos existentes para convertir en posible lo imposible y conseguir excelentes caldos blancos utilizando los cultivos enarenados, magníficas obras de ingeniería sin ingeniero.
Laguna de los Clicos (Lago Verde). Lanzarote
Subir la pendiente que te va a permitir ver la Laguna de los Clicos, más popularmente conocida como Lago Verde, no deja a nadie indiferente. El lago, situado sobre el mismo cráter del volcán, goza de un espectacular color verde que le confiere el fitoplancton, un alga que habita y prolifera abundantemente en sus aguas, de las cuáles, por cierto, salió Raquel Welch en la película “Hace un millón de años”. Si además decimos que a sus pies se encuentra una hermosa playa de arena negra,  estamos describiendo un entorno verdaderamente paradisíaco.
Los Hervideros. Lanzarote

Playa Blanca (puerto). Lanzarote
Pero Lanzarote tiene mucho más que Timanfaya. Cualquiera de sus múltiples playas y localidades goza de una luz y un color que son difíciles de imaginar y definir cuando hablamos de una isla volcánica. Playas tranquilas de aguas cristalinas, calas marinas con cuevas misteriosas que invitan a pensar en islas caribeñas y barcos piratas con la bandera ondeando al viento y ocultándose en ellas. Sabor, encanto, misterio, historia … tierra, mar y hombre conviviendo y aprehendiendo.
Lanzarote es negro, pero también verde, y azul, y rojo, y blanco.
Lanzarote es silencio, paz, tranquilidad. Lanzarote es el mar azul y la vida blanca.






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