martes, 25 de septiembre de 2012

CONTANDO UN CUENTO ... EN GENICERA


Iglesia de Genicera
Vámonos de fiesta. ¿Adónde?. A Genicera. Y eso, ¿dónde está?. En las montañas.

Así que con la perspectiva de pasar un día con los amigos, partimos hacia Genicera. Esa pequeña localidad de la montaña leonesa que te atrapa de inmediato entre las lomas que la rodean.

Un día de luz y de sol y unos amigos que de inmediato te acogen en su fiesta. Porque Genicera celebraba sus fiestas patronales. Misa, procesión, vino español, baile, comida en casa con los amigos, más baile, cuenta cuentos, acordeón ... nada faltaba para que el resultado de la fiesta fuera completo.

El Cristo, a hombros, recorre las calles de Genicera
Sacar al Cristo, pujar por llevarlo sobre tus hombros, en procesión, alrededor de la iglesia, es un honor para los afortunados que acceden a llevar las andas.

Ramo leonés, engalanado, junto al Cristo
Campanas al vuelo que marcan la salida del Cristo, su andadura y su entrada, nuevamente, en la casa. Campanas que repican en el valle y sonidos que rebotan en las lomas y quedan ahí, impregnando de historia y de cultura la fría roca mientras pendón y pendoneta se mueven al viento.

Y en la iglesia, cómo no, no podía faltar ese elemento tan tradicional de la provincia leonesa: el ramo. Estamos en fiesta y, por tanto, es momento de pedir por lo bueno que queremos de la vida, así que el ramo se engalana de flores, velas y colores y se presenta al Cristo maravillosamente vestido y con las velas encendidas durante toda la ceremonia religiosa.

Bailes tradicionales a la puerta de la iglesia
Tras la ceremonia, para no olvidar las buenas costumbres, unas jotas bien bailadas, allí, frente a la puerta de la iglesia que cobija al Cristo. Allí, en el valle, entre las cumbres de esas montañas que nos protegen.

Y después un vinito, unas tapas y más baile. Que la alegría no falte.

A esa hora prudencial en la que el cuerpo pide alimento te encaminas hacia la casa, donde ya han preparado las viandas que van a satisfacer hambres y gulas. Allí, con la buena compañia de los amigos el tiempro corre veloz y apenas te percatas de que ya es hora de ir a escuchar un cuento.

Manuel Ferrero durante un momento de su actuación
Y es que a eso de la media tarde estaba programada la actuación de Manuel Ferrero, excelente cuentacuentos que nos hizo reír y llorar a niños y grandes, casi casi, a partes iguales.

Cuento, cantar, literatura, leyenda ... todo perfectamente entrelazado para hacernos pasar momentos inolvidables, para acercarnos al gran Ramón Carnicer y dejarnos con la miel en los labios e invitarnos a leer cualquiera de sus obras.

Y es que, en Genicera, casi casi al caer la noche, niños y grandes de la mano de Ferrero participamos de la magia del cuento, mientras la luz del sol se iba ocultando y, poco a poco, dejabamos que volviera a nosotros esa edad fascinante en la que todo, TODO ... es posible.

En Genicera.

Enlaces a fragmentos de la actuación de Manuel Ferrero y su pagina web

http://youtu.be/ciTvXv9x1rU

http://www.unaplauso.com/manuel-ferrero-cuentacuentos_av36d57e.html

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